El domingo es el día de las elecciones primarias y hemos escuchado dos grandes puntos de vista en los debates del lado “progresista”.
Por un lado, Carolina Tohá y Gonzalo Winter critican a Jeanette Jara por el hecho que es comunista, y por ende una opción demasiado radical, que va a espantar a los votantes que no están decididos.
Por su lado, Jeanette Jara critica (suavemente) a los otros dos por no haber jugado bien contra las fuerzas de la derecha. Claro, como ministra en el gobierno, comparte la responsabilidad para aquella política.
Pero los tres están de acuerdo que este gobierno estaba tan arrinconado por su minoría parlamentaria, que no tenía más opción que ser un gobierno “responsable”. Ser un gobierno más radical sería muy “irresponsable”, incluso imposible.
¿Qué tipo de acciones debería haber tomado, entonces, el gobierno?
Deberían haber enviado sus “rostros” más conocidos a los conflictos sociales que había, y en esa manera dejarlo muy claro que la gente debe organizarse y que el gobierno va a ayudar. (Claro, todos sabemos que el gobierno pensaba que ese tipo de actividades era irresponsable y que iba a “ayudar a la derecha”.)
Pero una cosa es si las actividades son “radicales” o “irresponsables”, y otra cosa es sin son necesarias y posibles.
¿Quién es nuestra candidata el domingo, entonces?
Esa candidata es una forma de organizarse... es no jugar el juego de las negociaciones entre cuatro paredes, sino salir de esas paredes y dejarlo muy claro que la organización base social es lejos lo más importante en la política hoy.
¿Un ejemplo?
Los funcionarios del gobierno deberían haber transmitido a los cuatro vientos que la negociación por rama es esencial para los y las trabajadores, y que los empresarios están en contra de ese tipo de sindicalismo porque no quieren perder plata.
Incluso el gobierno debería haber enviado “su gente” en apoyo a las reuniones y campañas donde los trabajadores de la minería, los bancos y otros sectores han debatido activamente la negociación democrática por rama con sus bases.
Ese tipo de política no es “imposible”, sino poco compatible con la obra de un gobierno tan, tan “responsable”.
Esa política es nuestra opción el domingo.