Por una de estas cosas de la vida, me invitaron a una junta de activistas que quieren volver a construir bases sociales desde abajo. Pero que quieren hablar cómo hacerlo y con quiénes.
Llegué a la sala y después de un cafecito “previo” y unos saludos, comenzamos.
En grupos de a cuatro (elegido por ese 1,2,3,4 cuando cada uno elige el número que le toca), discutimos el tema escrito en nuestro papelógrafo. A nuestro grupo nos tocó “Cuáles son las fortalezas y debilidades de la construcción social”. Otros grupos conversaron temas como “Cómo ves este grupo en un año más”, “Cuáles son las debilidades de la izquierda revolucionaria”, “Qué es ser revolucionario hoy” y otros temas similares que no me recuerdo.
Bueno, un representante de cada grupo presentó su discusión y después entramos en el plenario para discutir entre todos.
Lo que me recuerdo más que nada de esa discusión es que varios, del mundo estudiantil principalmente pero no solamente, dijeron que no queda nada de organización social dónde viven o estudian. Nada de nada. Entonces tenemos que aprender cómo construir esa base, o mejor dicho a construir esa base, entre todos.
Pero otr@s, de Puente Alto, con trabajo en “Recuperemos Puente Alto” y de la “Coordinadora Social ShiShi gang” ya trabajan en agrupaciones sociales significativas, contundentes.
Algunos, los que están entre los que trabajan desde la “nada de nada” y los que trabajan en organizaciones con bastante vida social, vienen de la Granja, trabajan en lo poco que queda de las organizaciones de la rebelión de octubre y quieren extender su experiencia en equipos deportivos y otras organizaciones locales.
En el plenario, una dijo que lo que propongamos tiene que ser atractivo para los que queremos organizar. Otro dijo que necesitamos nuestra propia alternativa global, otro que hay que formar nuev@s dirigentes, otro que hemos perdido la capacidad de soñar, y una que tenemos que volver a soñar, crear e imaginar. Y que no son los únicos que quieren crear una alternativa... la derecha radicalizada también está en eso y también individuos varios y partidos políticos.
Avanzó el debate y entramos al gran tema de las crisis que enfrentamos. Una dijo que lo que nos enfrenta es una crisis de una forma de vida (lo que algunos llamaban el capitalismo) y que no queremos pasar esa herencia a nuestros hijos. Y que la revolución nos va a llegar por si sola y sin aviso... ¿cómo vamos a responder y con qué tipo de organización?
¿Qué planteamos nosotros, entonces? Sabemos que no basta el trabajo en los territorios, que falta trabajar (también) por un proyecto grande. Y ese tema nos obliga a pensar tanto del trabajo práctica como a la teoría, la ideología, la alternativa global.
Mi opinión personal es que la alternativa global es nuestra concepción del futuro, pero ligada al presente. Que el país dónde quiero vivir es un país donde la gente común y corriente controla todo el país con sus movimientos base. Que el estado nuevo es esa red de organizaciones que disuelve el estado que tan conocemos, y que esa nueva democracia real comienza hoy con la creación de organizaciones base democráticas donde los millones pueden sentir sus propias capacidades y aprender cómo controlar todo un país.
Pero esa es mi opinión personal. Si va a convencer a otros, veremos. Quizás que sí, quizás que no.
¿Qué tipo de orgánica y militancia necesitamos...una red u otra?
Muchas preguntas, experiencia e inquietudes salieron en la discusión y nos quedamos en enfrentar temas como la teoría o alternativa global a las crisis que necesitamos y el tipo de organización que nos sirve para avanzar.
Claro que tenemos mucho camino por recorrer, y están invitados esas mujeres y hombres, jóvenes y viejos, que quieran formar nuestra alternativa global y tienen ganas de construir la base desde abajo, las teorías y prácticas que todos necesitamos